MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los trabajadores de la factoría que TNS Knitwear, uno de los proveedores de la cadena de ropa Primark, tiene en Manchester están trabajando 12 horas al día, siete días a la semana, por alrededor de 3,80 euros la hora, según denunció hoy la cadena de televisión británica BBC. Una reportera de la BBC se hizo pasar por inmigrante y grabó las "malas condiciones" en que se trabaja en la fábrica. La periodista, nacida fuera del Reino Unido, fue contratada sin que nadie le pidiera un permiso de residencia y trabajó durante una semana, al final de la cual recibió un sueldo en mano de 3,80 euros/hora, más o menos la mitad del salario mínimo. Además, la reportera descubrió que los trabajadores, algunos de los cuales eran inmigrantes ilegales, trabajaban en "pésimas condiciones", en algunas zonas de la fábrica sin calefacción, y eran presionados para conseguir entregar a tiempo el pedido de Primark, conocida por ser una cadena de ropa que ofrece moda a precios asequibles. Asimismo, otro reportero de la BBC se infiltró en otra fábrica de Fashion Waves, una subcontrata que TNS Knitwear utiliza según la BBC para cubrir los pedidos de Primark, pese a que supuestamente la cadena de ropa no permite a sus proveedores subcontratar trabajo. En esta fábrica de Fashion Waves es donde los periodista británicos encontraron las peores condiciones de trabajo. Allí, las cámaras de la BBC grabaron pasillos enteros bloqueados con cajas y una cocina "tan sucia que los trabajadores se veían forzados a comer sentados en la ropa de Primark". Tanto Fashion Waves como TNS han desmentido tener a inmigrantes ilegales trabajando en sus fábricas, mientras que Primark ha asegurado que va a abrir una investigación interna para esclarecer lo ocurrido.
Los trabajadores de la factoría que TNS Knitwear, uno de los proveedores de la cadena de ropa Primark, tiene en Manchester están trabajando 12 horas al día, siete días a la semana, por alrededor de 3,80 euros la hora, según denunció hoy la cadena de televisión británica BBC. Una reportera de la BBC se hizo pasar por inmigrante y grabó las "malas condiciones" en que se trabaja en la fábrica. La periodista, nacida fuera del Reino Unido, fue contratada sin que nadie le pidiera un permiso de residencia y trabajó durante una semana, al final de la cual recibió un sueldo en mano de 3,80 euros/hora, más o menos la mitad del salario mínimo. Además, la reportera descubrió que los trabajadores, algunos de los cuales eran inmigrantes ilegales, trabajaban en "pésimas condiciones", en algunas zonas de la fábrica sin calefacción, y eran presionados para conseguir entregar a tiempo el pedido de Primark, conocida por ser una cadena de ropa que ofrece moda a precios asequibles. Asimismo, otro reportero de la BBC se infiltró en otra fábrica de Fashion Waves, una subcontrata que TNS Knitwear utiliza según la BBC para cubrir los pedidos de Primark, pese a que supuestamente la cadena de ropa no permite a sus proveedores subcontratar trabajo. En esta fábrica de Fashion Waves es donde los periodista británicos encontraron las peores condiciones de trabajo. Allí, las cámaras de la BBC grabaron pasillos enteros bloqueados con cajas y una cocina "tan sucia que los trabajadores se veían forzados a comer sentados en la ropa de Primark". Tanto Fashion Waves como TNS han desmentido tener a inmigrantes ilegales trabajando en sus fábricas, mientras que Primark ha asegurado que va a abrir una investigación interna para esclarecer lo ocurrido.
Comentario realizado por Gema Elizo Tapia
ResponderEliminarLa situaciones de crisis, la poca moralidad de las empresas y los pocos controles que existen entre ellas están fomentando el despido de empleados con condiciones justas y dignas y fomentando la contratación de personal inmigrante e ilegal a los que hacen trabajar 12 horas en condiciones infrahumanas con salarios indignos para que las grandes empresas sigan obteniendo cuantiosos beneficios. Esta situación es inmoral e indígnate y sale a la luz pública gracias a periodistas que se infiltran y denuncian estas situaciones de abusos. Para colmo, las empresas lo desmienten. Debería de haber mas control por parte del gobierno para que esta situación se termine.
Comentario realizado por M. Carmen Paredes Castilla
ResponderEliminarAnte este tipo de noticias siempre se le queda a una el cuerpo frío, ya que es algo intolerante, saber que empresas tan grandes y ricas pagan esos sueldos, aún cuando su ropa es muy barata, ya que precisamente no hace mucho estuve en Manchester en un Primark y lo pude comprobar, había muchísima gente comprando y los precios eran baratísimos. En mi opinión este tipo de empresa sigue con estos sueldos porque si no lo quiere una persona del mismo país, saben que lo cogerá otra persona, normalmente inmigrantes que no tienen nada y que están dispuesto a todo por lo que sea, aún así supongo que habrá ingleses que trabajen allí y se conformen con ello. Es cosa de todos cambiar esto.
Comentario realizado por Jesús Medina Riqueni
ResponderEliminarEn el mundo empresarial no son pocas las empresas que ofrecen a sus trabajadores unas pésimas condiciones de trabajo. En muchas ocasiones los empleados son, como en el propio caso de la noticia, inmigrantes que acuden a las empresas para conseguir un puesto de trabajo con el que mantener a su familia, por lo que además ni siquiera tienen derecho a reclamación.
A todas luces, las condiciones de trabajo son del todo insatisfactorias, empezando por los objetivos básicos que debe marcarse una buena Gestión del Personal.
Como hemos estudiado en la asignatura, una buena gestión del personal debe marcarse unos objetivos básicos: buscar la satisfacción de los intereses, metas, deseos personales de los integrantes de la organización; o recompensar el desempeño efectivo en las tareas de control de terceras personas.
No el caso que nos ocupa; observamos como el salario de los trabajadores es irrisorio, observamos cómo los individuos son sido sometidos a jornadas laborales de 12 horas, lo que supone la total explotación.
Obviando que esta situación llega a atentar contra la dignidad de las personas, vemos como además no se respeta tan siquiera los criterios básicos para la valoración del rendimiento, ni se intenta estimular a los trabajadores con recompensas.
Desde mi punto de vista, es lamentable que en pleno siglo XXI sigan viviéndose situaciones de ese tipo, máxime en las empresas cuya dinámica de mejora está tan a la orden del día (a la vista están los constantes movimientos en cuanto a la Gestión del Personal, Gestión de la Calidad, etc.)
Las personas han de sentirse valoradas, los empresarios no deben sólo marcarse como objetivos determinados estándares de producción, sino también plantearse su política de recursos humanos y, por descontado, el hecho de estar asegurados es uno de los principios básicos de todo trabajador.
No estamos tratando sólo del aspecto salarial, sino también de las condiciones de trabajo y las posibles presiones que pudieran sufrir los trabajadores para que los objetivos de producción se cubran lo que se ha denunciado en esta noticia, para hacer ver el gran vacío legal que en tantas ocasiones existen para defender los derechos de los trabajadores, esas situaciones tan precarias y que se podrían calificar de clandestinas.
Concluyendo, creo que el Estado debería tomar cartas en el asunto. Como denuncia la noticia, esa situación se vivía en los talleres que proveían a una conocida marca de ropa. Quizás esto podría haberse evitado si existiera un firme sistema de investigación y control sobre las empresas, sobre sus proveedores, etc.
Comentario realizado por Yésica Santiago Gámez
ResponderEliminarEs desagradable e indignante para cualquier persona recibir noticias de estas particularidades, ya que es difícil digerir la situación de la que se nos informa, nos parece hasta mentira que existan empresas que abaraten sus costes de producción utilizando como medio la “explotación laboral”, y más aún, que sean empresas grandes y que, probablemente, alcancen altos beneficios; lo que nos lleva a una indignación colosal.
Lo gratificante de recibir noticias de esta índole, es que nos verifican la existencia de otras empresas que se dedican a desenmascarar y denunciar ante los medios estas precarias situaciones laborales, junto con la esperanza que todos ponemos para que cese este tipo de explotación hacia el trabajador.
Es una lucha que debe seguir realizándose con el fin de que el gobierno, ó el órgano competente en el asunto, regule y controle con mayor firmeza y con mayor dedicación en sus inspecciones este problema que por el momento se nos escapa de las manos.