martes, 14 de octubre de 2008

Ante la crisis, invertir en personas

Noticia enviada por Alvaro Rodriguez Maldonado

El contexto de crisis en el que se encuentra inmersa nuestra economía y sus efectos sobre el entramado empresarial son notorios. En estos momentos, estamos despertando de una época de resultados y crecimiento siempre ascendentes. Las dificultades que atraviesa la empresa española obligan a reaccionar en aquellos frentes que pueden ser más rentables para potenciar la competitividad. Muchas son las voces que señalan el factor humano como una de las claves para mejorar la eficiencia, la eficacia y el valor añadido de las organizaciones.
La potenciación del factor humano es esencial para que la empresa resista la presión letal del encarecimiento de las materias primas, la sequía crediticia o la ralentización del consumo. La productividad del empleado y su capacidad de generar valor se convierten en un aspecto de competencia fundamental para las organizaciones.
Hoy en España hay todavía demasiadas compañías con un enfoque "clásico" de la organización, con un estilo de dirección empresarial basado en roles estrictamente delimitados. Los directivos toman las decisiones, los trabajadores las ejecutan automáticamente y los supervisores llevan el control y el mando. Sin embargo, dicho enfoque deviene inoperante en un mundo de trabajo de creciente competencia como el actual, donde se busca que las empresas sean cada día más eficientes y eficaces en su gestión para alcanzar mayor impacto económico y social. Buena parte del éxito o fracaso de las empresas españolas se sustenta en la calidad del capital humano y su capacidad para mejorar e innovar.
La suposición de que los trabajadores sólo desean "dinero" ha sufrido ataques cada vez más contundentes entre los expertos. Actualmente, existe una tendencia creciente de los empleados en querer desarrollar y explorar sus habilidades y capacidades en el trabajo y así favorecer su autoestima y autorrealización.
Papel educativo
La empresa como escenario de las tareas productivas y, por tanto, del aprendizaje tiene un papel educativo de gran relevancia. La empresa se convierte en un espacio que demanda y genera conocimientos de todo tipo: conceptuales, de actitud, valorativos, de habilidades y destrezas, entre otros. Este extraordinario campo de experimentación y práctica que es la empresa debe articularse para generar conocimiento útil y rentable y no podemos desaprovechar como soporte las nuevas herramientas que nos ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Una fórmula basada en las TIC para potenciar el aprendizaje del empleado es el e-learning. Este sistema racionaliza el coste de la formación en la empresa al requerir unos costes de infraestructura muy inferiores a los de la formación tradicional. No en vano es sintomático que el e-learning crezca en España a ritmos anuales superiores al 20% con un volumen cercano a los 50 millones de euros, un 12% del total dedicado a formación en las empresas.
La formación mediante las TIC resiste cualquier análisis coste-beneficio. Las aplicaciones y tecnología para impartir la formación online progresan a velocidad de vértigo y posibilitan cada vez más una enseñanza de calidad sin la necesidad de la presencialidad. Con ello se evitan costes asociados a la "infraestructura", como la reserva y mantenimiento de aulas o el apoyo audiovisual, así como tampoco requiere la conciliación de un número elevado de agendas y el trabajador no debe alterar sus prioridades de trabajo, entre otros aspectos problemáticos que la formación on-line resuelve. Las comunidades de prácticas o de fidelización que muchas empresas desarrollan en sus espacios corporativos no sólo ayudan a que el conocimiento aflore sino también fomentan la implicación del empleado en el proceso de innovación de la empresa.
Numerosos grupos internacionales de la automoción o los grandes grupos bancarios españoles han incorporado estas metodologías formativas a sus ingentes redes de concesionarios y oficinas. Estas compañías han encontrado en las TIC una solución para formar simultáneamente a muchos más empleados, adaptándose al ritmo de cada trabajador y sin alterar bruscamente su quehacer diario.
Soluciones innovadoras
Ante la crisis, se tiene que compatibilizar el control del gasto y la necesidad de formar al empleado para que su labor aporte mayor valor a la empresa. Las TIC resuelven ambas prioridades. En la creatividad y la capacidad de adoptar soluciones tecnológicas innovadoras puede radicar el éxito de la empresa española para convertir una información y conocimiento personales en un conocimiento corporativo útil que incremente el rendimiento empresarial y aumente la capacidad de reaccionar frente a los cambios permanentes del entorno.
Las tecnologías de la información y la comunicación serán el sustento básico para transmitir y generar el conocimiento que cada persona debe saber buscar, encontrar e incorporar en su trabajo. Las previsiones son positivas ya que para el 2011 se pronostica que la partida del presupuesto de formación destinado a la formación online por las empresas españolas será del 35% del total, el doble que en la actualidad.
Una gestión de los recursos humanos que maximice sus capacidades y potencie la mejora profesional es un factor estratégico básico todavía pendiente para muchas empresas españolas. En nuestro país, estamos demasiado acostumbrados a que las reflexiones sobre productividad queden en una mera reflexión teórica que adolece de una falta de concreción.
Hay que introducir mecanismos formativos innovadores y sustentados sobre los avances tecnológicos que impulsen la productividad por empleado a un coste óptimo. Asumir la necesidad de este salto cualitativo se convierte ahora en un reto estratégico no sólo de las empresas sino sobre todo del conjunto de la economía del país.


Originalmente publicada el 23-09-2008 por Francesc Fàbregas, Director general de Gestión del Conocimiento S.A. (GEC), en Expansionyempleo.com (http://www.expansionyempleo.com/edicion/expansionyempleo/opinion/es/desarrollo/1167923.html)

1 comentario:

  1. Realizado por Estrella Casas Coba

    Quizás no sepa explicar claramente el por qué, pero esta noticia me suena a un tópico, es decir, a muy buenas intenciones, muy bien descrito, pero que sólo quedará en eso: buenas palabras, excelente teoría, pero poca realidad, pocas ideas llevadas a la práctica. Y, sinceramente, ojala y me esté equivocando en mi percepción sobre dicha noticia y todo lo expuesto sea llevado a la práctica y tenido en cuenta.
    Y, es más, estoy totalmente de acuerdo en lo descrito en la noticia: en el hecho de ensalzar la figura del factor humano y darle toda la importancia que se merece. Creo que una inversión en la formación de los “trabajadores” es una inversión muy rentable para una empresa u organización. Me gustaría destacar la importancia de las personas en la consecución de los objetivos de una empresa. No olvidemos que el hecho de que una empresa sea eficaz y eficiente, depende en gran medida del capital humano.
    Si definimos la eficacia como la relación entre los resultados obtenidos y los objetivos previstos, vemos que los “trabajadores” son esenciales para obtener buenos o malos resultados (y quizás podamos obtener resultados positivos o disminuir la desviación de esos resultados con los esperados dándole una mayor importancia a la formación de los empleados, por ejemplo)
    El otro punto importante en una empresa es la eficiencia, es decir, el cociente entre los resultados obtenidos y los recursos utilizados para ello, y aquí sí que el capital humano es más relevante todavía, si cabe, y la formación un punto esencial a tratar.
    Por ejemplo, si enseñamos a un cocinero la forma de elaborar más platos pero utilizando menos ingredientes, lógicamente con la misma calidad, estaremos haciendo que ese cocinero sea más eficiente y a la vez más eficaz. ¿Y alguien ve en este caso, tiempo y dinero perdidos? ¿Vemos la formación como un coste? Yo creo que todos podemos afirmar con rotundidad que es un BENEFICIO, un auténtico beneficio para la empresa en general y fijaos que sólo nos hemos centrado en un operario en concreto, pensad en el resto de operarios y niveles jerárquicos.

    Haciendo referencia a una manera concreta de formación del factor humano: la utilización de las TICs, tal y como hace aparece en el artículo, tengo que destacar 2 aspectos fundamentales. Esa herramienta para la formación puede tener un doble efecto:
    1. Lógicamente la formación, propiamente dicha de los empleados en relación con las actividades que realizan en la empresa.
    2. Una manera de incentivar a las personas, es decir, de darle una recompensa (dentro del proceso de mantenimiento de RRHH). Y si lo considero así, es porque hay personas que no han tenido acceso o que no dominan las nuevas tecnologías y esa es una forma de que aprendan a usarlas (un incentivo: el saber no ocupa lugar), porque quizás en su tiempo de no-trabajo no se dedican o no han querido abrirse al “mundo de la tecnología”. Y en este sentido podemos ver que el empleado “no sólo quiere dinero”, sino que personalmente también está progresando y eso no dejar de constituir una gran satisfacción personal.

    Por lo tanto, lo expuesto anteriormente no puede ser simple teoría, no puede servir para decir: “¡qué bonito! Pongámosle un cuadro “–tal y como dijo el Profesor Ganaza en una de sus clases-Hay que dar una paso más, hay que llevarlo a la práctica y entonces sí, sí que podemos decir que no ha quedado como una simple declaración de buenas intenciones.

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