jueves, 4 de marzo de 2010

La personalidad gana a los estudios a la hora de contratar

Noticia enviada por Blanca Caraballo Herrera


Si tu departamento de RRHH está tan interesado en las habilidades personales de los candidatos a los puestos de trabajo como en la educación que han recibido, no estás solo. Según un estudio nacional dirigido por la Universidad de Phoenix, los encuestados situaron habilidades personales, tales como actitud y química (97 por ciento), y habilidades profesionales, tales como habilidades de comunicación y presentación (93 por ciento), más alto que la experiencia profesional o la educación adecuada (78 y 68 por ciento, respectivamente). Las habilidades necesarias más importantes para tener éxito en el lugar de trabajo de hoy son: la comunicación (96 por ciento), aptitud de aprender/deseo de crecer (95 por ciento), colaboración y trabajo en equipo (93 por ciento) y resolver los problemas de forma creativa (92 por ciento); esto fue lo que reveló la investigación, que encuestó a 330 empresarios de asistencia sanitaria, educación, tecnología, y otros campos en crecimiento identificados por el Department of Labor de Estados Unidos.

“Hoy hay una suposición de que los empleados traerán competencias básicas a sus puestos. Lo que diferencia a los buenos empleados es su habilidad para trabajar bien con otros y el traer la actitud correcta al lugar de trabajo,” explicó Bob Enderle, catedrático de RRHH en la Universidad de Phoenix. Los empresarios no están buscando un candidato con las notas más altas, sino a uno que simplemente tenga los estudios adecuados.

Asumiendo que un posible empleado tenga las “competencias básicas” necesarias para realizar adecuadamente el trabajo, un empresario puede encontrar un número de ventajas centrada más en la personalidad que en los estudios. “Las personas que son apasionadas acerca de lo que hacen, normalmente están muy comprometidas con las personas para las que trabajan, y terminan siendo más productivos en lo que hacen,” informó Enderle. Además, los empleados con una buena actitud tienden a trabajar con más efectividad que los que no la tienen, lo que elimina, o al menos minimiza la necesidad del empleado de tratar con conflictos internos que pudieran trastornar el volumen de trabajo.

La educación todavía está bien considerada. Más de la mitad de los encuestados (51 por ciento) reveló que la mejora continua y la puesta al día de habilidades por medio de los estudios y la formación, es tenida en cuenta y alentada por casi el 57 por ciento de los encuestados que ofrecen reembolso por enseñanza a empleados que buscan mejorar sus habilidades. Las compañías que se centran completamente en la actitud, en contraposición a los estudios, corren el riesgo de no lograr sus metas en los negocios. Sin las competencias básicas necesarias para hacer un trabajo, la actitud no hará que un empleado tenga éxito.

incluso con resultados como estos, los empresarios no deberían esperar ver un decrecimiento en el número de candidatos que se presenten con curriculums basados en la educación. La asistencia a la universidad va a crecer porque la economía está dirigida por trabajadores con conocimiento y por que la educación mejora:
• El potencial de las ganancias, con un incremento del coste de vida, las personas buscan educación superior para ganar más dinero; y
• La realización personal, cumplir con su propia jerarquía de necesidades como la autoestima, y el ponerse al día, que también se logran a través de los estudios.
Un candidato que lo tiene todo. El setenta y cuatro por ciento de los encuestados esperan vacantes y colocaciones con éxito par continuar creciendo en sus respectivas industrias, pero 65 por ciento teme una escasez de candidatos cualificados para ocupara los puestos previstos. De acuerdo con Enderle, el perfecto empleado al que hay que cuidar es alguien que es:
• Cualificado y con los conocimientos acerca de los elementos técnicos de hacer el trabajo;
• Apasionado acerca de su trabajo, considerando las obligaciones que conlleva; y
• Capaz de trabajar efectivamente con otros en la organización.
Para asegurarse de que un candidato con una gran actitud y buenos estudios sea contratado, “Es importante para los empresarios tener un proceso de selección bien definido, construido alrededor de un modelo de competencia para el éxito profesional,” recomendó Enderle. Como parte de este proceso, se debería contactar con las referencias para valorar a los candidatos al trabajo según el modelo de competencia.

Tener la titulación y la formación adecuada no es suficiente para conseguir un gran trabajo o lograr un ascenso. Los empresarios de hoy en día son capaces de no insistir en la titulación adecuada, sino también por la actitud y la personalidad que la acompañan.

Fuente: http://www.todomba.com/noticias/recursos-humanos/la-personalidad-gana-a-los-estudios-a-la-hora-de-contratar.html

1 comentario:

  1. Comentario realizado por Beatriz Silgado Alvarez

    L a personalidad del individuo en ocasiones supera las expectativas que se puedan tener a la hora de realizar una determinada tarea. Pero no todos los empleos consisten en lo mismo.
    De ahí que en otra importante asignatura de la diplomatura, Organización de empresas, se nos recalcase el año pasado que existen ciertos mecanismos de coordinación, entre los cuales se encuentran entre otros la adaptación mutua, la supervisión directa y la normalización. Las 2 primeras se pueden aprender sobre la marcha, por decirlo de alguna manera, sin embargo la normalización, especialmente la de habilidades, requiere de ciertos conocimientos técnicos.
    Es decir, no voy a entrar en detalles de qué es cada una de ellas, pero sí decir que para realizar un determinado trabajo se requiere de una serie de características, habilidades y capacidades que exigen una formación concreta.
    En la noticia se explica que cada vez se le da importancia a la personalidad, pero también como dice al principio “la personalidad gana a los estudios a la hora de contratar. No son contradictorios estos dos enfoques, más bien son puntos de vista distintos que pueden tener los directivos a la hora de contratar, pero claro dependerá en gran manera de la importancia del negocio. Por ejemplo, para pilotar un avión de pasajeros es preciso que el candidato reúna una serie de conocimientos técnicos sobre cómo pilotar, sin embargo para una azafata de vuelo, en la mayoría de las ocasiones suele ser gracias a su talle, a su apariencia y personalidad que consiga el trabajo. En general para nuestro sector, para el turismo, sobre todo en hostelería y hotelería, generalmente suelen contratar a los que potencialmente se percibe que son amables y con un espíritu emprendedor y trabajador.
    Ahora bien, en tiempos de crisis el enfoque cambia, las exigencias son muchas y más específicas, a no ser que quieras terminar trabajando en un Mc Donald o un bar, hay que buscarse las habichuelas y el mejor modo de hacerlo es consiguiendo unos estudios prácticos, que se adapten en un futuro a la exigencias de los jefes de la empresa en la que queramos formar parte.
    Y tener en cuenta el potencial de una persona también es interesante. A veces, para ciertos puestos de trabajo algunos empleados que no gozan precisamente de un nivel de estudios sobresalientes son más eficaces y más productivos incluso, que los que cuentan con unos estudios superiores. Es un tema que se puede debatir dándole muchos enfoques distintos, pero de manera sintetizada esa es mi opinión al respecto.
    Lo que sí es cierto, es que, tener unos estudios superiores no nos garantiza con seguridad un trabajo gratificante y que nos guste. Todo dependerá del directivo y de nosotros mismos a la hora de esforzarnos por encontrar algo que se adecue a nuestras expectativas y necesidades.

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