jueves, 7 de enero de 2010

Terror en la compañía: ¿cómo evaluar si mi jefe es sólo malo o muy tóxico?

Noticia enviada por Pedro Jesús Reyes Martín


¿Le gustaría mandar a su jefe a paseo o, aún mejor, echarlo a la calle? Probablemente un número elevado de empleados responderían a esta pregunta de forma afirmativa. Pero, ¿es posible hacerlo? Como contesta Francisco Muro, director general de Otto Walter, "en la empresa no es tan fácil como en política que puedes cambiar al jefe que no funcione cuando hay elecciones. Sin embargo, hay una salvedad: la de los jefes que no son los propietarios del negocio. En ese caso, la alta dirección de la compañía puede actuar para corregir situaciones anómalas". Lo cierto es que, como afirman los expertos consultados, un jefe tóxico, que es como se le denomina a aquel que trata mal o muy mal a sus empleados, no interesa a ninguna empresa, "y si existe", añade Muro, "y no se le pone coto, el error es de los de arriba". En España, según una encuesta realizada por la consultora Otto Walter cuatro de cada diez jefes (42%) no llegan al mínimo exigido; de ellos casi un 20% son muy malos y un 7% tóxicos. Y el trabajo no hay que tomárselo a broma porque en él han participado más de 4.000 colaboradores que han evaluado (de forma secreta, por supuesto) a 712 mandos directivos de grandes y medianas empresas.

Narcisos sin causa
Muchos de los directivos pecan de narcisismo -piensan, erróneamente que lo hacen bien- y también de miedo. "Este miedo", como dice Iñaki Piñuel, psicólogo y fundador del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo directivo, "le lleva a ser una persona insegura, a encerrase en si mismo, debido a su vulnerabilidad. Es un directivo a la defensiva que acaba siendo ofensivo y su actitud genera enormes dosis de sufrimiento a los que tiene alrededor". Y es que no confiar en nadie le vuelve, según este psicólogo, en paranoide. "Son", dice Piñuel, autor de Liderazgo Zero, "a grandes rasgos personas que gritan, hostiles, mentirosos, desconfiados, manipuladores... Se trata de un tipo de cuadro muy rebelde al tratamiento y con muy mal pronóstico, en la medida en que todo cuanto le ocurre es sistemáticamente sesgado y reinterpretado por su cuasi delirio". Para Muro, "el principal problema es que cuando pones en conocimiento de esos jefes lo que piensan sus subordinados, no se lo creen. En el estudio que hemos hecho, de alguna manera el cliente ha evaluado el producto y apenas dos de cada diez (22%) sale evaluado como buen jefe y otro 35%, como un directivo aceptable.

Dirigir personas
Pero el problema fundamental es que no entienden la dirección de personas, no están entrenados para gestionar equipos y desconocen que se pueda aprender. "La jefatura", finaliza Muro, "está profesionalizada y, como tienen un sueldo mayor, se les debe exigir ser buenos jefes. Y esta labor debe ser evaluada constantemente".

"Gente mejor que tú"
A veces el problema surge porque el directivo tiende a rodearse de gente más mediocre que él, con lo que el porcentaje de sufrimiento del empleado se duplica. Para Natalia Gómez, es fundamental "contar entre tus colaboradores con gente mejor que tú". Precisamente, Gómez acaba de publicar un libro en el que, aparte de consejos, recoge las opiniones de 20 directivos elegidos por sus colaboradores como los mejores del año.
"El buen directivo", añade, "tiene una categoría profesional muy alta, todos hablan del equipo humano y aluden a él para justificar su éxito ¿El secreto? Saben rodearse de gente muy buena y ser humildes". Éste es el ejemplo de Jaime Echegoyen, consejero delegado de Bankinter quien, para ilustrarlo, dice que "un buen director de orquesta siempre elije a los mejores".
Otro de los directivos más apreciados por los empleados es Emilio Moreno, CEO de Softonic. En su opinión "los resultados de la empresa tienen mucho que ver con las habilidades del directivo para unir a grupos de personas, mucho más que sus conocimientos tecnológicos". Y es que, en general, todos los líderes piensan que estar involucrados en un entorno de trabajo agradable mejora la eficacia de los trabajadores y la productividad de la empresa. Natalia Gómez, que ha sido ejecutiva en diversas compañías como Carrefour o Alcatel, sigue sorprendida porque estos directivos admitan el fracaso como una oportunidad de aprendizaje.
Otros expertos en liderazgo, como Steven Covey, piensan que si el directivo, al pensar en el trato que debería tener con sus subordinados piensa "no tengo tiempo para estas cosas", va por mal camino, porque a los auténticos líderes les falta tiempo para pensar en ello".
PUBLICADO POR JUAN M. BARBERÁ EL DIA 1 DE NOVIEMBRE DE 2009 A LAS 8:11 EN “EL ECONOMISTA”, en la siguiente dirección de internet:

http://www.eleconomista.es/gestion-empresarial/noticias/1654275/10/09/Terror-en-la-compania-como-evaluar-si-mi-jefe-es-solo-malo-o-muy-toxico.html

4 comentarios:

  1. Comentario realizado por Carmen Estela Triguero Martín

    Me parece muy correcta la encuesta y que de ella se obtienen datos muy interesantes. Particularmente pienso que la forma de trabajar del jefe también depende en cierta medida, si se lo ha ganado a pulso, si es herencia o tradición familiar o si es un “enchufe”. En estos dos últimos casos, la mayoría de las veces no se está cualificado para desempeñar el puesto. Es decir, se está incomodo y por eso no se relaciona, pierde la humildad y se cree y siente superior al resto. Esto hace que el trato hacia los trabajadores sea pésimo.
    En cambio, si es fruto del mérito personal y profesional o simplemente reune las características que debe tener una persona de mando, pienso que pueden ocurrir dos cosas:
    1- Que el puesto le venga grande, en ese caso lo mejor es abandonar.
    2- Que sea el jefe con el que todos soñamos, aquél con el que puedes contar como amigo fuera del trabajo pero que dentro de él es un jefe bueno y que sabe dirigir a sus empleados.

    También pienso que el número de jefes tóxicos es mayor del que se presenta en la encuesta, dado que ésta era de información confidencial, no creo que ellos mismos vayan a reconocer aunque sea en la intimidad o de forma secreta, que son pésimos.
    La autoestima influye mucho en cualquier puesto de trabajo, hay que estar capacitado intelectual, fisica y psicologicamente para el buen desempeño de cualquier actividad.
    Confiar en nosotros mismos nos hace crecer.
    Por último ¿realmente, no es posible despedir a nuestros jefes si son los propietarios? ¡¡Vaya chasco!! Bueno siempre me quedará pensar que donde vaya a trabajar, no lo sea y podamos hacer elecciones como en la política y cambiarlo.

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  2. Comentario realizado por Cristina Berrocal Rodríguez

    Primeramente, soy del 7% que piensan que mi jefe es “tóxico”.

    Trabajo en una empresa pequeña, es una franquicia y mi jefe es dueño del establecimiento único en el que estoy. Mi jefe se preocupa porque exista un mal ambiente entre los trabajadores, paga 10 días tardes mínimo y tiene personal sin contrato para ahorrarse dinero, sin nombrar que los precios los sube a sus anchas cuando se le antoja, pero aún así, su negocio le va bien, y lleva más de 10 años. Pienso que lo normal es que sea perjudicial y que la culpa sea de dirección, pero un jefe tan tóxico engaña hasta a los “de arriba”, como nombra Otto Walter.
    Sobre que sean así por desconfianza, estoy de acuerdo, pero no desconfianza de los demás, sino a que pueda encontrarse a otra persona como él, saben engañar e intentan aprovechar lo que puedan del más débil sin tener consecuencias.
    Pero a la larga, los resultados son peores que si fuera un buen jefe, el buen directivo es el que es más humano y se rodea de personas mejores que él, así siempre se puede superar, e intentar provocar un buen ambiente de trabajo, esto siempre mejora la eficacia de los trabajadores.

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  3. Comentario realizado por María Cristina Pérez Sequera.
    Estoy totalmente de acuerdo con la información de esta noticia. Hoy día, muchas de las empresas existentes, no cuentan con buenos directivos, y esto, poco a poco, generara un mal ambiente interno en la empresa, el cual finalmente se reflejara en el exterior de la misma.
    Un directivo toxico, puede degradar una empresa hasta el punto de llevarla al fracaso. En cambio, un buen directivo podría hacer que una empresa funcionara de una manera óptima, logrando los objetivos a los que ésta estaba encaminada. Un buen directivo debe contar con cualidades positivas tanto para los empleados como para la empresa en general. Entre estas cualidades, una de las más importantes, es la motivación a los empleados y la satisfacción de las necesidades de éstos. También es muy importante que los directivos proporcionen información a los empleados sobre los objetivos que éstos deben cumplir, a la vez que proporcionar a los mismos feedback (retroalimentación), con el fin de que en situaciones futuras los trabajadores sean más efectivos. Así mismo un buen directivo deberá reconocer los logros de sus empleados.
    Muchos directivos, como se dice en la noticia, piensan que lo hacen bien y no reconocen sus errores, lo que puede deberse a que éstos no cuentan con personas que los controlen, las cuales les digan como tienen que realizar las tareas. En mi opinión, un jefe debe saber asumir tanto sus logros como sus derrotas, así como aprender de la gente que tiene alrededor. La condición de directivo no es sinónimo de perfección en el desempeño del puesto, y ser honesto es otra de las cualidades con las que deberían contar los directivos.
    Otro de los principales problemas que se da entre los directivos, es que muchos de éstos no entienden que tratan con recursos humanos, los cuales son muy diferentes entre ellos, razón por la que el directivo debe dar un trato individualizado a cada uno de estos. Un buen jefe debe saber escuchar a los empleados y crear un buen ambiente entre ellos.
    Para finalizar, he de decir que, la gran mayoría de los directivos se creen superiores al resto de los miembros de la organización por el simple hecho de tener un sueldo mayor, pero de lo que estos jefes no son conscientes es de que el hecho de cobrar más lo único que debería provocar en ellos es la exigencia de realizar un correcto desempeño del cargo.

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  4. Comentario realizado por Miguel Blanco Martín

    Creo que es un error por parte de los jefes tener un trato malo con los empleados ya que esto crea tensiones entre la plantilla. Además esta presión hace que el empleado no rinda lo que de verdad puede rendir. Creen una inseguridad en si mismos. Estos jefes son personas inseguras que no confían en si mismos, y por lo tanto mucho menos en los demás, éstos pueden trasmitir sus inseguridades a los empleados y éstos con sus compañeros. Creo que es un error, ya que si se es una persona insegura, lo mejor para perder esa inseguridad y no acarrear gritos, desconfianza…, es mantener un trato mucho más directo con el empleado y tener un mayor contacto con ellos (pudiendo crear grupos de trabajo, reuniones para conocer mejor a los empleados…). Un entorno de trabajo agradable mejora la eficacia de los trabajadores y la productividad de la empresa.
    A veces esto ocurre porque los jefes se tienen que rodear de gente más mediocre que ellos, pero también está el caso contrario de que el jefe es más mediocre que sus empleados y tiene que cubrir esto con un trato malo a sus empleados. En las dos posturas los jefes deben de tener en cuenta que están tratando con un grupo de personas en las que deben de tener el mejor trato posible para que se sientan bien, ya que los empleados pasan ocho horas diarias con sus compañeros y lógicamente llega un momento en el cual aparecen diferencias.
    Un jefe no debe sólo aquel que manda, debe ser un amigo de sus empleados, para saber en todo momento como se siente y lo que necesitan, y tengan todos los recursos necesarios a su disposición en el momento que los requieran, así en este caso los empleados tendrán máxima confianza con el jefe.
    Desafortunadamente no todos los jefes siguen este propósito. Existen algunos que tienen la facilidad de relacionarse con todo el mundo generando confianza, hay otros que no toleran el trato con sus empleados o simplemente los determinan para sentirse dominantes al verlos como algo que nunca estará a su “altura”.
    Sin embargo, el empleado también debe poner de su parte para ganar esta confianza y encontrar en su jefe un aliado incondicional para la consecución de sus propósitos. Ya que cada uno influye en el otro.

    Si como se comenta en el texto, los jefes que no son propietarios de la empresa y tienen una aptitud tóxica: ahora me pregunto yo ¿hay muchos empleados que lleguen a demandar esta situación? Ya que pueden llegar a señalarse.

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