Jóvenes con maestrías y doctorados deben conformarse con empleos mal remunerados para los que se hallan sobrecalificados y así huir del desempleo en España.
Gabriela Paz y Miño. Corresponsal en Madrid
A sus 34 años de edad, Carlos, (prefiere omitir su apellido), ha desempeñado por lo menos seis oficios distintos. Camarero, administrativo en una constructora, mozo de almacén, teleoperador, dependiente y alguno más que se le escapa de la memoria.
“Llevo nueve años en Madrid, siete de ellos tuve que hacer cualquier tipo de trabajo, generalmente mal pagado y en cosas que no tienen nada que ver con mi profesión”. Sí, porque Carlos es psicólogo, con un máster en Recursos Humanos aplicados al Deporte. Su formación como psicólogo le tomó cinco años, sin contar con la especialización.
Hace dos años fue contratado como formador, en el área de Recursos Humanos del Corte Inglés, en Madrid. Es la cadena más grande de almacenes por departamentos de España.
Por el sueldo de USD 2 520, pero sobre todo “por la responsabilidad de manejar un equipo”, Carlos siente, por fin, que su formación valió la pena. Además, considera que “tiene suerte”, aunque lograrlo le haya costado largos siete años. Pero no hay otros que no han sido tan afortunados.
En España, están los ‘mileuristas’, gente de entre 20 y 40 años, que no ha podido superar la barrera de los 1 000 euros (USD 1 400), pese a haber invertido años y fondos en estudios, especializaciones, posgrados o idiomas.
Todo eso para competir en un mercado laboral que no compensa esa formación y que no les permite siquiera independizarse. Por ejemplo, un alquiler promedio de un apartamento no les costará menos de 700 (USD 980).
España es uno de los países en donde la sobreeducación (jóvenes que trabajan en ocupaciones que requieren menor calificación que la que tienen) se mantiene aún en tasas altas.
Según el Informe 2008 del Instituto de la Juventud, la incidencia de la sobreeducación en España en el año 2006 fue 1, 5% mayor que en 1995. Las Comisiones Obreras dicen que 1,3 millones de licenciados tienen un trabajo inferior a su formación.
Le pasa al madrileño Manuel Blanco. A sus 27 años, después de cinco de estudiar matemáticas, trabaja como teleoperador en una firma de telecomunicaciones.
No es lo suyo y su sueldo lo ubica bajo el umbral del ‘mileurismo’. “Normalmente la gente que se gradúa en lo mío, trabaja como informático o da clases. Pero no sé si será por la crisis, esto es lo único que he encontrado”. En la plataforma donde él, día a día recibe las llamadas, hay más de 500 personas, muchos de ellos menores de 30 años.
Su compañero, Federico Fernández, también tiene estudios de economía, aunque no los terminó. “Estoy algo frustrado, pero por ahora es lo que hay”, dice.
En España, según un estudio de La Caixa, la diferencia de salario entre quienes tienen una formación profesional y quienes no es cada vez menor. Entre 1997 y 2004, cayó en un 40%.
Para muchos jóvenes ya no resulta atractivo ni rentable invertir años en educarse, si al final eso no va a hacer ninguna diferencia en términos salariales.
El éxodo de profesionales españoles a otros países, sobre todo en la rama de ingeniería y en el sector sanitario –donde los rostros y acentos extranjeros empiezan a predominar- responde, entre otras cosas, a esos factores.
En esa rama se siente especialmente la precariedad laboral, que se expresa sobre todo en la temporalidad de los empleos.
España tiene un 31% de empleados eventuales, mientras que Francia –por ejemplo- no llega al 15%. Esa precariedad se ceba especialmente con los jóvenes.
Según el estudio del Instituto de la Juventud, en la década de los noventa, la temporalidad del empleo entre los y las jóvenes “ha sido una tendencia común”.
Sueldos bajos, inestabilidad y pocos incentivos han dado como resultado que el porcentaje de jóvenes que disponen de una economía independiente baje del 24% al 21% en el 2008.
Por el sueldo de USD 2 520, pero sobre todo “por la responsabilidad de manejar un equipo”, Carlos siente, por fin, que su formación valió la pena. Además, considera que “tiene suerte”, aunque lograrlo le haya costado largos siete años. Pero no hay otros que no han sido tan afortunados.
En España, están los ‘mileuristas’, gente de entre 20 y 40 años, que no ha podido superar la barrera de los 1 000 euros (USD 1 400), pese a haber invertido años y fondos en estudios, especializaciones, posgrados o idiomas.
Todo eso para competir en un mercado laboral que no compensa esa formación y que no les permite siquiera independizarse. Por ejemplo, un alquiler promedio de un apartamento no les costará menos de 700 (USD 980).
España es uno de los países en donde la sobreeducación (jóvenes que trabajan en ocupaciones que requieren menor calificación que la que tienen) se mantiene aún en tasas altas.
Según el Informe 2008 del Instituto de la Juventud, la incidencia de la sobreeducación en España en el año 2006 fue 1, 5% mayor que en 1995. Las Comisiones Obreras dicen que 1,3 millones de licenciados tienen un trabajo inferior a su formación.
Le pasa al madrileño Manuel Blanco. A sus 27 años, después de cinco de estudiar matemáticas, trabaja como teleoperador en una firma de telecomunicaciones.
No es lo suyo y su sueldo lo ubica bajo el umbral del ‘mileurismo’. “Normalmente la gente que se gradúa en lo mío, trabaja como informático o da clases. Pero no sé si será por la crisis, esto es lo único que he encontrado”. En la plataforma donde él, día a día recibe las llamadas, hay más de 500 personas, muchos de ellos menores de 30 años.
Su compañero, Federico Fernández, también tiene estudios de economía, aunque no los terminó. “Estoy algo frustrado, pero por ahora es lo que hay”, dice.
En España, según un estudio de La Caixa, la diferencia de salario entre quienes tienen una formación profesional y quienes no es cada vez menor. Entre 1997 y 2004, cayó en un 40%.
Para muchos jóvenes ya no resulta atractivo ni rentable invertir años en educarse, si al final eso no va a hacer ninguna diferencia en términos salariales.
El éxodo de profesionales españoles a otros países, sobre todo en la rama de ingeniería y en el sector sanitario –donde los rostros y acentos extranjeros empiezan a predominar- responde, entre otras cosas, a esos factores.
En esa rama se siente especialmente la precariedad laboral, que se expresa sobre todo en la temporalidad de los empleos.
España tiene un 31% de empleados eventuales, mientras que Francia –por ejemplo- no llega al 15%. Esa precariedad se ceba especialmente con los jóvenes.
Según el estudio del Instituto de la Juventud, en la década de los noventa, la temporalidad del empleo entre los y las jóvenes “ha sido una tendencia común”.
Sueldos bajos, inestabilidad y pocos incentivos han dado como resultado que el porcentaje de jóvenes que disponen de una economía independiente baje del 24% al 21% en el 2008.
Publicada originalmente en la siguiente dirección de internet:
Comentario realizado por Jose A. Casado Garcia
ResponderEliminarComo es bien sabido , España es un país de '''titulitos'' , aquí quien no tenga una carrera , es como ser un ser inferior , por lo menos esa es la visión que damos.
Aparte de que el mercado esta sobresaturado de personas con las mismas carreras , esto hace todavía mas difícil , la incorporación de gente que cada año se incorpora al mercado laboral , después de haber terminado sus distintos tipos de estudios.
Unido todo esto , a la falta de desarrollo de empleo que tenemos en España , y a la crisis , pues vemos que gente muy capaz , se qeda en el paro o trabaja en otra materia que nada tiene que ver con su titulación.
Por eso , yo opino , que cuando uno acaba de estudiar , tiene que irse de España , tiene que obtener diferentes objetivos en otros países , y así , cuando vuelva de nuevo aquí , tendrá un gran grado de nivel de diferenciación , y cuanto mas te diferencies del resto , mas fácil para ti encontrar el trabajo de tu vida.
Comentario realizado por Carmen Roldan Cuesta
ResponderEliminarResulta algo triste la lectura de esta noticia, al menos para mí, y supongo que para todos aquellos compañeros que al igual que yo se encuentren estudiando una carrera universitaria. Debe ser frustrante para los protagonistas de la noticia ver como todos sus años de esfuerzo y formación no le proporcionan un trabajo acorde con sus expectativas, sino que por el contrario se ven sometidos a puestos de trabajo por debajo de su formación y cuyo salario es bastante precario. Se supone que los jóvenes somos la base del futuro de nuestro país pero hoy por hoy no se nos dan las suficientes oportunidades, ya que los puestos de trabajo a los que tenemos acceso, o mejor dicho, a los que nos dan acceso (ya que normalmente tenemos una cualificación superior al puesto que desempeñamos), no nos ofrecen sino contratos temporales además de unos sueldos muy bajos con lo que ni siquiera tenemos la oportunidad de independizarnos como muy bien se indica en la noticia. Los esfuerzos que realizamos los estudiantes durante nuestra vida académica, lo que supone una cantidad considerable de años debería verse recompensado de una mejor manera, ya que durante esos años no sólo invertimos nuestro tiempo sino también nuestro dinero. Ser estudiante requiere muchos sacrificios en muchos sentidos y me siento identificada y al mismo decepcionada por el contenido del texto.
Comentario realizado por Noemi Borrego Jimenez
ResponderEliminarEsta noticia refleja un suceso que considero que es bastante grande dentro de nuestro país. Numerosos jóvenes con bastante preparación educativa, con carreras, masters..etc tienen trabajos bastantes precarios y que no corresponden con los años y el esfuerzo que han ido desarrollando para poder adquirir una serie de conocimientos laborales. Esto es algo que desalienta a numerosos jóvenes, que al saber que existe este problema y sobretodo en estos momentos de crisis, desisten de estudiar porque consideran que no van a conseguir un trabajo de acuerdo con su formación, algo bastante negativo para nuestro país. Debería poder existir una mayor reinserción laboral de estos jóvenes, mas que nada para que los jóvenes de nuestro país no desistan de seguir con su formación laboral y que sigan estudiando, para igualar nuestro país y nuestra educación al resto de Europa.
Comentario realizado por Raquel Cotan Moreno
ResponderEliminarAquí el problema que yo veo es que el mercado laboral se rige por la oferta y la demanda, y éste, desde hace ya varios años, esta reclutando mano de obra no tan cualificada como la que sale ahora de universidades y centros de formación.
Antiguamente no todo el mundo podía cursar unos estudios superiores, pero actualmente casi todos los jóvenes, gracias a las ayudas y al aumento del nivel de vida, pueden.
Lo que ocurre es que el mercado tiene un exceso de oferta de jóvenes cualificados, el mercado esta saturado de abogados y psicólogos y no existen suficientes gestoras, bufetes, consultas y cajas de ahorros para abarcarlos a todos. Últimamente se requieren fontaneros, albañiles, electricistas… y los jóvenes de ahora no queremos este tipo de trabajo.
Yo pienso que la solución estaría en crear empresas que pudieran absorber esa mano de obra cualificada, ó bien que el estudiante se preocupe de elegir carreras o formaciones con más salidas profesionales.
Comentario realizado por Cristina Garcia Munuera
ResponderEliminarMi interés en esta noticia se ha centrado, en que en un futuro, al terminar mi carrera tendré las mismas posibilidades de encontrar un trabajo con un salario digno que una persona que no tenga estudios, ¿por qué?.
El sector turístico, que es para lo que mis compañeros y yo estudiamos, tiene mucha demanda, requiere mucha mano de obra, además de caracterizarse por ser esta mano de obra de caracter eventual, así como por su baja cualificación. Este sector esta muy acusado por el intrusismo laboral, algo que nos afectará, dado que, resumiendo, estamos estudiando para que luego, cualquier otra persona que no posee una formación como la nuestra nos quite trabajo; esto hará, como en los casos de la noticia, que tengamos que buscar un trabajo que no tenga nada que ver para lo que hemos sido formados, para trabajar en lo que realmente queremos y lo que tanto dinero nos ha costado. Y todo ello, para llegar a cobrar un sueldo mínimo, respaldado por la falta de empleo, factores que sin duda hacen que muchos profesionales formados en España tengan que emigrar.
Comentario realizado por Maria Jose Zoido Rastrojo
ResponderEliminarYo, aunque aún me encuentro es formación, como estudiante y como joven comparto cada punto y cada coma con este artículo.
Resulta que muchos empresarios quieren contratar un personal adecuado pagándoles el sueldo de un empleado con una escasa o incluso nula formación. Lo increíble es que todavía existan jóvenes que se lancen a invertir años de estudios para acabar cobrando lo que cualquera podría, y lo peor de todo, trabajando en todo menos en lo que se han formado.
Todo esto me recuerda al tópico de “necesitamos experiencia”. Todos aquellos empresarios que piensan que han alcanzado el puesto y la situación que tienen actualmente de la nada, olvidando el mucho tiempo de trabajo, se les olvida también que ellos fueron jóvenes, que también les hacía falta un trabajo más estable, un sueldo razonable, trabajar en lo que ellos conocían y lo más importante empezar, empezar para poder adquirir experiencia (la cual no regalan en los supermercados).
En conclusión, el empleo es escaso, mal remunerado, y mal repartido, y los que salimos más perjudicados somos los jóvenes, quienes menos culpas tenemos, ya que aún no conocemos en profundidad el mundo laboral en el que queremos estar, o en el que estamos.
Comentario realizado por Ana Guerra Vazquez
ResponderEliminarCuánto es necesario saber para ejercer tu profesión y cuánto vale tu trabajo son dos baremos importantes en la que se ajusta el salario que se le retribuye al trabajador a fin de mes. Saber varios idiomas para ejercer de barrendero o necesitar dos máster para ejercer de camarero son ejemplos indicadores de que en España los contratos no funcionan como deberían sobre todo cuando los sueldos están a un 40% inferior a lo que debería. La actitud de “lo necesito ya y ahora” y la falta de profesionales que ejerzan la supervisión de los trabajos implica que un 30% de los trabajos en España sean de carácter eventual y sin embargo en nuestro país vecino se encuentre a la mitad.
Comentario realizado por Maria Teresa Vazquez Vidal
ResponderEliminarLa noticia tratada, sobre que los nuevos profesionales tienen trabajos precarios estoy de acuerdo con ella en algunos aspectos y en contra en otros .
Estoy de acuerdo con esta noticia en lo que se refiere a que muchas personas con estudios están trabajando en empleos que no tienen nada que ver con su formación, y se llevan bastantes años en encontrar un puesto de trabajo acorde con su formación.
Trabajan en empleos con salarios inferiores a los que realmente les corresponde con respecto a los estudios cursados y eso es motivo de frustración porque piensas muchas de las veces que has estudiado una carrera universitaria para nada, has perdido el tiempo.
Yo creo que estos trabajos mal pagados se deben a que las empresas exigen a las personas para su contratación bastante experiencia y eso no es justo yo creo que se le debe dar un voto de confianza a estos nuevos profesionales en vez de desmotivarlos, esta es una de las causas del porque muchos de los nuevos profesionales salen de España en busca de una oportunidad laboral acorde con la formación adquirida.
Con lo que no estoy de acuerdo con esta noticia es que muchos jóvenes ya no les resulta atractivo ni rentable invertir años en educarse, si al final eso no va a hacer ninguna diferencia en términos salariales. Yo opino que es muy importante educarse , tener conocimientos en general ya que todo es util para desempeñar cualquier trabajo, y no rendirse nunca ya que yo soy de las personas que piensan que es muy importante la constancia y el no rendirse a la primera negativa o al primer problema surgido, ya que al final encontraremos lo que buscamos, como le ha pasado a Carlos .
Comentario realizado por Jacqueline Pereira da Silva
ResponderEliminarActualmente este es el “pan de cada día” cuando uno termina la facultad a la hora de buscar trabajo. Muchas veces, años de estudio no valen la pena para algunos, pues se acaban encontrando con un trabajo precario y un sueldo muy bajo.
Tantos que hoy en día están en esta dura realidad y ahora con la crisis todavía más, pues hay mucha gente con carrera universitaria buscando trabajo y la competencia es muy alta. Las empresas lo único que piden es experiencia, entonces los que terminan la carrera se ven sin salida y para al menos tener algo, se someten a trabajar en lo que no es lo suyo realmente.
Muchos piensan que hacer una carrera sería una pérdida de tiempo y dinero, pero yo soy todavía de las personas que no lo piensan de esta manera. Creo que hay que tener voluntad, y que si estudias un grado superior o una carrera siempre servirá para algo. Al principio tal vez sea complicado por causa de la experiencia, pero hay que seguir intentándolo. Además creo que hay muchas personas que estudian carreras que realmente no tienen suficiente salida en el mercado de trabajo. Aunque cabe a la persona seguir complementando algo más de esos estudios tal vez ahí está la clave del problema. Lo mejor es estar satisfecho con el curso estudiado, aunque creo que es bueno mezclar algo que te guste por lo menos medianamente con una carrera que tenga salida en el mercado de trabajo, pues en los tiempos que corren hoy el mercado está muy difícil y competitivo.