martes, 3 de febrero de 2009

Me proponen un ascenso, ¿debo aceptar?

Noticia enviada por Encarnación Diaz Ruiz

31-08-2004


Desde mi punto de vista la palabra clave a considerar en estos casos es la de empleabilidad, si ese ascenso aumenta la misma ¡Adelante!, Sino...: ¡Mejor salirse por la tangente!.... O, si ello no se puede hacer, aceptar, pero buscarse otro trabajo lo mas rápidamente posible... Hay ascensos envenenados... los hay de "progreso lateral"..., los hay que parece lo son y te llevan a una vía muerta.... otros te llevan a un fracaso por pedirte cosas imposibles o para las que no te dan los recursos necesarios...y muchos no llevan aparejado ni salario mayor ni reconocimiento real...

No se trata de rechazar un ascenso porque se quiera tener una seguridad jurídica, de medios productivos y humanos, económica y financiera absoluta, esa seguridad, el inteligente sabe que no existe y el éxito solo se remunera si ha comportado y comporta de cara al futuro, un riesgo, pero ese riesgo es preciso evaluarlo hasta donde humanamente, por la experiencia comparada y en especial por sentido común, se pueda. Lo que sí es cierto es que, ante quien nos propone el ascenso, nuestro rechazo genera en él una frustración, por lo que debemos calibrar bien el mismo en nuestra situación futura.

Ante un ascenso hay que saber si la propuesta viene como consecuencia de una práctica estadísticamente exitosa por nuestra parte, en cuyo caso es lo que habíamos buscado, y rechazarlo sería perder una oportunidad que no suele volver, o bien no queríamos exactamente ese puesto que nos proponen, pero el mismo sí es una posición que nos acerca a nuestro objetivo final, en cuyo caso también debemos aceptar, o por el contrario es algo inesperado, poco consistente en relación con nuestro saber, experiencia y tiempo dedicado a la profesión, lo que nos debe hacer dudar cuando menos, pues hay ascensos que se ofrecen porque no se tiene a nadie mas adecuado para el puesto en ese momento y la urgencia obliga a intenta probar y ver si se da la suerte... La tentación de aceptar, junto a la satisfacción del ego, y el saberse con mayor remuneración, hacen perder la cabeza a más de uno, pero la regla debe ser la de la empleabilidad.

Si no estamos suficientemente preparados, y para esto no siempre los estudios de grado y postgrado son suficientes, podemos encontrarnos que acumulemos error tras error lo cual, unido a la aparición, dentro o fuera de la organización, de la persona adecuada, en muchas ocasiones a menor coste, dará con nuestra persona en el instituto de mediación laboral más próximo con la carta de despido, ("improcedente" por supuesto...), en el bolsillo...

Y entonces viene lo de como justificar, en el currículo de cada uno esa salida o los continuos "zig-zag" que tienen muchos profesionales. Errores de aceptar ascensos los he visto de lo más curiosos: hay directores generales que solo han tenido uno o dos puestos anteriores a ese y menos de cuatro años de vida profesional y que tras su fracaso luego se ofrecen para vendedores o ejecutivos de cuentas, que es lo que eran antes o serían ahora, en una carrera profesional lógica. No quiero decir que no puedan llegar a serlo sino que lo han hecho a destiempo y sin preparación.

Otra cuestión en los ascensos es la necesaria humildad con uno mismo para saber de las propias limitaciones y no incurrir en lo que comúnmente se llama el "principio de Peter" que lleva a que uno alcance lugares inadecuados sin servir para ello o tener cualidades para el mismo... ésto sería más achacable al que propone ese ascenso o a aquellos dirigentes que promueven a buenos profesionales o técnicos a puestos de mando sin haberlos preparado para ello o sin que esos profesionales hayan desarrollado sus cualidades. Mandar es algo sutil que requiere voluntad y vocación en el que lo debe hacer, cualidades de dedicación hacia los demás, preocupación por las personas, saberse desprender de bastantes de las ataduras de relación con los que hasta entonces eran tus iguales..., tener autoridad otorgada por los colaboradores, lo cual es distinto de poder otorgado desde arriba, (que es necesario pero que sin lo anterior suele llevar al fracaso), significa mayor dedicación, capacidad de aprendizaje, buen nivel técnico en la materia que se trate... y, todo eso, no siempre se tiene en un momento dado, en especial porque muchas empresas no dan "escuela" para formar a nuevos mandos y mandar no es solo cosa de cursillos, sino de vivencias y de ejemplos transmitidos desde los actuales mandos... Aquí volvemos a encontrar la palabra empleabilidad: hay que moverse, dentro o fuera de la organización, buscando ese aprendizaje del liderazgo y del buen mandar que nos permitirá aceptar mejor, en su momento, una posición directiva.

La cuestión familiar y personal también entra en la consideración del aceptar o no un ascenso, pero inteligentemente, con ello quiero decir que la vida en pareja o la educación de los hijos, debe de verse dentro de ese contexto de empleabilidad. El que los dos de la pareja trabajen hay que verlo hoy como algo normal y por ello en ocasiones uno deberá ceder en aras del progreso del otro. El encontrar un trabajo en otra ciudad, región o país para el otro miembro de la pareja, si eso va unido a un ascenso y a un progreso personal y profesional de la otra persona, no debe ser óbice para que la misma lo rechace, por esas razones profesionales de la situación del otro u otra, máxime cuando internet te permite ver el mercado laboral en ese nuevo destino y disponer de ofertas en esa nueva ubicación de modo inmediato y con respuestas casi instantáneas.

Muchos rechazan un ascenso porque les supone aceptar una movilidad geográfica que no les gusta, pero eso casi siempre lleva a una minoración de las posibilidades de promoción y mucho de la empleabilidad, es verdad que la flexibilidad que hoy en día exige la vida económica puede afectar a muchas de las relaciones familiares y sociales tal y como hoy las conocemos, así lo han puesto de manifiesto en sus investigaciones publicadas en los libros: "La era de la información" y "El trabajo flexible" los sociólogos y psicólogos Manuel Castells y Martín Carnoy. Pero, si bien los que empezaron su vida laboral en los setenta habrán tenido una movilidad geográfica baja, las nuevas generaciones del siglo XXI seguro que deberán pensar en cambiar más de 10 veces de trabajo, sector, lugar y país, so pena de un estancamiento profesional evidente y una empleabilidad baja.


Publicada originalmente en la siguiente dirección de internet:

http://www.demuestra.com/content/view/54/0/


4 comentarios:

  1. Comentario realizado por Solange Pastor

    Sin duda alguna son muchas las cuestiones que hay que calibrar antes de un ascenso, y pasada la emoción inicial por el ofrecimiento del mismo, detenerse a pensar en cuento conviene para nuestra vida profesional, tomando en cuenta todos los factores que puedan influir, como:

    Movilidad: Si te trasladan a otra sucursal dentro de tu misma ciudad o inclusive si te ofrecen cambiar de ciudad, analizar todos los pro y contras que eso conllevaria.
    Retribución: Si la misma va equiparada a la responsabilidad que habría que asumir en el nuevo cargo, de no ser así, si hay otro tipo de beneficios o compensación que equilibre la balanza.
    Prestigio: Se cree que ascenso y prestigio van equiparados y en muchos casos es cierto, aunque no necesariamente este sea reconocido dentro de la organización puede ser muy posible que en su entorno social fuera de la organización este si sea reconocido, aplaudido, con lo cual el sujeto puede cometer el error de aceptar el ascenso sin hacer una previa meditación de conveniencia, nada más por el hecho de verse brillar dentro de su entorno social, de destacar y encajar en grupos mas elitistas socialmente.
    Enriquecimiento profesional: Mirar a nivel formativo y profesional como contribuira este ascenso, y sobre todo tener cierta certeza de que podemos asumir con éxito los nuevos retos a los que nos enfrentaremos, si contamos con las habilidades necesarias para cubrir ese puesto y de no ser asi si contamos con los recursos de formación necesarios como ayuda a la adaptación del nuevo puesto.

    En definitiva, no hay que volverse locos cuando nos ofrecen un ascenso, debemos ser practicos y no dejarnos llevar por las emociones iniciales, y debe tomarse la decisión en función a la probabilidad de éxito en el mismo, eso si, no por tener en cuenta todos estos aspectos, debemos tener miedo a los ascensos puesto que todos los ascensos conllevan un porcentaje de riesgo, entre el éxito y el fracaso, lo mejor que podemos hacer si aceptamos el reto de un nuevo cargo, es dar lo necesario de nosotros para adaptarnos y hacerlo lo mejor posible en el nuevo cargo.

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  2. Comentario realizado por Cristina Lopez Fernandez

    Este artículo me parece muy interesante ya que el tema que aborda, los ascensos, es algo que está siempre en el entorno de la empresa.
    Es cierto que los empleados se dejan llevar a la hora de aceptar ascensos ya que lo ven siempre como algo positivo y que va a suponer un avance en la trayectoria de su carrera profesional. Pero no siempre es así, hay veces que la preparación y cualificación del empleado no son suficientes para desarrollar con éxito la tarea asignada a los determinados puestos de trabajo lo que supone un handicap para él que se ve frustrado y acomplejado dado que la situación le sobrepasa demasiado, esto lleva consigo una reacción en cadena; si cometes muchos errores propios de tu escasa cualificación a la hora de desarrollar la actividad puedes ser despedido por los jefes ya que ven como no cumples las expectativas del puesto.
    Por eso hay que tener en cuenta que el acenso que se acepta va en adecuación con tus habilidades, paso a paso y aprendiendo poco a poco del puesto siguiendo un ritmo y no dejarnos llevar por el entusiasmo pegando un salto en la trayectoria para el que no estamos preparados.

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  3. Comentario realizado por Ana Guerra Vazquez

    Querer es poder. Bajo esta premisa se esconde la máxima en el trabajo personal y profesional. El optimismo y el aprendizaje como armas de utilización en una escala de puesto. La experiencia es un factor importante en un ascenso. El tiempo de preparación es importante y la conciliación con la vida familiar y si la geografía es un problema encontramos un inconveniente en el que nuestro trabajo se vea recompensado. Lo más importante es la empleabilidad, que te sientas preparado para el puesto y con el cuidado de que si no nos vemos capacitados, no frustemos nuestra imagen por parte de la persona que nos lo propone pues de un punto a favor, podemos pasar a varios en contra.

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  4. Comentario realizado por Nuria Rodriguez Serrano

    eSTA NOTICIA LA SELECCIÓNÉ PARA COMENTAR, PORQUE ES UN TEMA QUE HE VISTO MUCHO EN MI ENTORNO E INCLUSO EN MI CORTA EXPERIENCIA EN LA VIDA Y EN EL MUNDO LABORAL:
    A MI EDAD DE 27 AÑOS, HE ESTADO YA EN DISTINTOS PUESTOS, Y DENTRO DE UNA EMPRESA ME PROPUSIERON UN ASCENSO, JUSTAMENTE POR LA NECESIDAD DE UN ALGUIEN QUE CUBRIERA EL PUESTO..LO QUE CONLLEVÓ QUE SE SELECCIONARA A ALGUIEN SIN SABER MUY BIEN QUIEN ERA. ESTO CONLLEVÓ MUCHO MALESTAR EN MI CON EL PASO DEL TIEMPO, PUESTO QUE LA FORMACIÓN Y EL SEGUIMIENTO A REALIZAR POR MI SUPERIOR NO ERAN CASI NI EXISTENTES..Y NA CHICA DE 22 AÑOS TUVO QUE APRENDER A HACER CASTING, SELECCIÓN DE PERSONAL, FORMACIÓN DEL PERSONAL SELECCIONADO, GESTIÓN DE ACTIVIDADES Y MULTITUD DE TAREAS, SIENDO ESTA EMPRESA UNA MULTINACIONAL…CON TODO ELLO QUIERO DECIR, QUE ESE TIPO DE OFERTAS SE PRODUCEN EN TODO TIPO DE CAMPOS, QUE EN OCASIONES PUEDE BENEFICIAR(SI PASAS LA DURA PRUEBA DE AUTOFORMACIÓN), Y EN OCASIONES DESTRUIR ILUSIONES DEL EMPLEADO E INCLUSO PÉRDIDA DE CAPITAL INVERTIDO EN PERSONAL NO PRODUCTIVO…
    eN ESA MISMA EMPRESA, VEÍA CÓMO SE SUCEDÍAN UNO A OTRO EN EL PUESTO DE DIRECTOR REGIONAL, Y ERAN ERRORES TODOS Y CADA UNO DE ELLOS..PERO TAMBIÉN ERA UN ERROR, POR PARTE DE LOS ASCENDIDOS, EL HECHO DE QUE EL ASCENSO LES SUBÍA EN EXCESO EL EGO.
    cONSIDERO QUE ESTE TEMA ES DE UNA ALTA ACTUALIDAD Y QUE MUCHAS VECES ESOS PASOS DE RECLUTAMIENTO Y SELECCIÓN DE PERSONAL SE HACEN CASI INEXISTENTE POR LA URGENCIA DE LA SUSTITUCIÓN.
    a PESAR DE LA URGENCIA DE LA DECISIÓN DE MI ASCENSO, FUE CASUAL QUE fui PRODUCTIVA POR MIS APTITUDES Y MI ACTITUD, PERO POR SUERTE QUE ERA ASÍ, PUESTO QUE SI HUBIERA SIDO OTRA PERSONA NO SÉ SI HUBIERA SOPORTADO LA PRESIÓN DE LA SITUACIÓN: EXIGENCIA DE RENDIMIENTO, SIN REALIZAR UNA FORMACIÓN.

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