martes, 18 de noviembre de 2008

La perdida del talento femenino representa el 0,5 por ciento del PIB catalán

Noticia enviada por Verónica Keta


En España, cerca de dos de cada diez mujeres con estudios universitarios y en edad de trabajar no lo hacen por motivos familiares y la mayoría de las mujeres cualificadas que trabajan no asumen tareas directivas en sus compañías "porque este tipo de actividad directiva exige más horas de dedicación", asegura el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls.


Esta entidad presentó ayer el primer y único informe qu existe en España sobre el impacto que tiene en la economía catalana la pérdida de talento femenino. Según la Cámara de Comercio, el hecho de que las mujeres en edad laboral dejen su puesto directivo por problemas ajenos a él tiene un impacto del 0,5 por ciento en el Producto Interior Bruto (PIB) catalán. En cifras equivale a 977 millones de euros.
¿De dónde sale esta cifra? Durante este año, había 32.595 mujeres más que hombres inactivos. Teniendo en cuenta que el salario medio anual de una directiva en ese periodo era de 29.982 euros y multiplicando este salario por el número de mujeres que abandonó el mercado laboral, esta pérdida de talento femenino tiene un coste para la economía catalana de 977 millones de euros, equivalente al 0,5 por ciento del PIB catalán del año 2006.


Pero los cálculos van más allá. El desaprovechamiento del capital humano de las mujeres a lo largo de su vida activa suma 12.000 millones de euros, es decir, el 6,2 por ciento del PIB catalán de 2006.


Publicada originalmente en el economista y obtenida de la siguiente dirección de internet: http://www.aedipe.es/content/view/297/37/

2 comentarios:

  1. Comentario realizado por GABRIELA AZNAR BLANES

    En este artículo se mira una vez más por el interés económico antes que por el interés de las personas. Quizás sea verdad que hay pérdida de talentos femeninos y que las pocas mujeres que trabajan no tienen grandes puestos. Esta situación se debe, como bien dice el texto, a temas familiares. Si nos referimos a la maternidad son muchas las madres que les gusta disfrutar de la infancia de sus hijos y otras que les guste trabajar en casa y atender a su marido, cuando llega de trabajar, la gran mayoría prefiere trabajar pocas horas y poder tener tiempo para su hogar. Aunque quede muy antiguo y clásico veo bien que las madres sean quienes eduquen a sus hijos, quieran agradar a sus maridos y estar pronto en casa, y si por ello tienen que trabajar menos o no trabajar no le veo inconveniente, mientras que el marido sea capaz de mantener a la familia con su sueldo. Nadie obliga a la mujer a quedarse en su casa, son ellas voluntariamente las que toman esa opción. Cada uno tiene sus metas y objetivos en esta vida y está claro que la mayoría de las mujeres no tienen como objetivo principal alcanzar un buen puesto en su empresa que no les deje disfrutar de su familia. Claro que esto afecta a la economía catalana pero satisface a las mujeres y a las familias. Otra vez nos encontramos con un debate entre economía y personas. ¿Qué es más importante? Según quien lo mire.

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  2. Comentario realizado por Carmen Laurel Moreno

    Quizás sea verdad que en este artículo se mira más por las pérdidas económicas que por lo que podrían aportar esas mujeres a las empresas. Está claro que al dejar los puestos de trabajo se producen grandes pérdidas económicas, pero también es verdad que se pierde mucho más que eso, se pierden todos los conocimientos, ideas y talento que esas mujeres podrían aportar a esas empresas.
    Con respecto al motivo por el que abandonan esos puestos, creo que se debe en parte a la sociedad y a la mentalidad que aún sigue existiendo. Creo que en muchos puestos de trabajo no dan muchas facilidades para compaginar maternidad y trabajo. Pero también pienso que muchas mujeres creen que tienen la “obligación” de atender a su marido y su casa y lo hacen más por eso que porque realmente ellas lo prefieran antes que ocupar un buen puesto de trabajo. Yo no creo que las mujeres deban atender a sus maridos y abandonar un buen cargo por ello, porque entonces me pregunto y ¿por qué no lo hace él? En un matrimonio el marido es el 50% y la mujer el otro 50%, y uno no tiene por qué atender al otro, debe ser algo mutuo. Perfectamente pueden compartir el trabajo de la casa y la educación de los hijos y así poder tener los dos el puesto de trabajo que quieran o que puedan y sentirse realizados con él, con independencia de si es hombre o mujer.

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