Los puestos más difíciles de cubrir son los directores de oficina y los territoriales
El talento es clave para superar la crisis financiera y seguir con la expansión
Mientras el mundo financiero se tambalea y vemos atónitos cómo cada día nos podemos levantar con la noticia de que un nuevo banco entra en bancarrota, con la posibilidad de arrastrar a otras entidades financieras, en España las cajas de ahorro -que tienen una implantación muy importante en el sistema financiero- se encuentran actualmente con la necesidad de revisar sus planes estratégicos y adaptarlos a las necesidades del mercado. Unas optan por "soltar lastre" y deshacerse de las participaciones industriales que han ido adquiriendo en época de mayor bonanza. Algunas optan por crecer internacionalmente e iniciar un proceso de apertura de oficinas en países emergentes y otras han empezado un proceso de fusión para obtener una mayor liquidez y poder de negociación. Todas estas posturas requieren de un proceso de toma de decisiones complejo, donde combinan de forma importante los factores de negocio con los políticos.
Históricamente, las cajas de ahorro en España han tenido un área de influencia más focalizada en el mercado local y una presencia en número de oficinas dimensionada a su presencia geográfica por comunidades autónomas. Por el contrario, los bancos siempre se han caracterizado por tener una presencia internacional y ofrecer productos más innovadores al mercado. Las cajas han asumido menos peso en la economía empresarial que los bancos y una mayor presencia en la economía doméstica, lo que supone que en estos momentos se resientan más por el incremento del paro y desciendan los créditos a pymes y empresas. Todo lo contrario que los bancos, más focalizados en economías de empresa y menos sensibles al paro que las cajas, aunque disminuyendo igualmente los créditos a clientes.
Todas estas instituciones acuden al mercado interbancario para financiarse y se ven afectadas del mismo modo en sus balances y, por lo tanto, nos encontramos en un escenario donde los vencimientos de deuda procedentes del exterior son cada vez más elevados y menores los recursos para hacerles frente, por lo que el papel de la gestión de las entidades por parte de los directivos y empleados es crítica para el desarrollo de las mismas.
En la década de los noventa, las cajas de ahorro se nutrían de recursos humanos procedentes de su propia estructura, realizando promociones internas e intensivos planes de formación; no acudían al mercado exterior, es decir, a headhunters, para buscar nuevo talento. Por el contrario, los bancos tradicionalmente han acudido a este tipo de servicios para ofrecer unas mayores prestaciones a los múltiples clientes que tienen en cada oficina.
En los últimos años, y con el boom de expansión de oficinas iniciado tras la liberalización de la libertad de expansión de las cajas de ahorro, éstas comenzaron un proceso de crecimiento en su red territorial muy agresivo que les obligó a acudir a compañías de headhunting para cubrir las posiciones donde tenían problemas de incorporación, especialmente directores de oficina y direcciones de servicios centrales en las diferentes territoriales. Estas incorporaciones debían de ser de entidades que no fueran cajas de ahorros, fundamentalmente bancos, evitando así cualquier tipo de duda y discusión por la fuga de talento entre las diferentes cajas de ahorro que reúnen en las asambleas.
La evolución de las cajas hasta equipararse con los bancos tradicionales en cuanto a presencia y oferta de producto, sumado a la crisis financiera actual, ha obligado a las cajas a profesionalizar los equipos de dirección. Y los headhunters están desempeñando un papel clave en el futuro de estas entidades, ya que gozan de experiencia en gestión de talento para los bancos, de tal forma que son capaces de identificar expertos en productos que tradicionalmente no han ofrecido las cajas de ahorro y que se encuentran en otros países o en España. En este sentido, los headhunters han aportado un valor añadido clave en la gestión e innovación del talento de las cajas, de manera que facilitan continuar con el desarrollo, profesionalización e innovación de dichas entidades para que no sólo puedan hacer frente a la actual situación de la crisis financiera, sino también que las cajas puedan continuar con ese proceso de evolución y expansión que iniciaron hace algunos años y que tienen muchos mercados por explorar y desarrollar.
El talento es clave para superar la crisis financiera y seguir con la expansión
Mientras el mundo financiero se tambalea y vemos atónitos cómo cada día nos podemos levantar con la noticia de que un nuevo banco entra en bancarrota, con la posibilidad de arrastrar a otras entidades financieras, en España las cajas de ahorro -que tienen una implantación muy importante en el sistema financiero- se encuentran actualmente con la necesidad de revisar sus planes estratégicos y adaptarlos a las necesidades del mercado. Unas optan por "soltar lastre" y deshacerse de las participaciones industriales que han ido adquiriendo en época de mayor bonanza. Algunas optan por crecer internacionalmente e iniciar un proceso de apertura de oficinas en países emergentes y otras han empezado un proceso de fusión para obtener una mayor liquidez y poder de negociación. Todas estas posturas requieren de un proceso de toma de decisiones complejo, donde combinan de forma importante los factores de negocio con los políticos.
Históricamente, las cajas de ahorro en España han tenido un área de influencia más focalizada en el mercado local y una presencia en número de oficinas dimensionada a su presencia geográfica por comunidades autónomas. Por el contrario, los bancos siempre se han caracterizado por tener una presencia internacional y ofrecer productos más innovadores al mercado. Las cajas han asumido menos peso en la economía empresarial que los bancos y una mayor presencia en la economía doméstica, lo que supone que en estos momentos se resientan más por el incremento del paro y desciendan los créditos a pymes y empresas. Todo lo contrario que los bancos, más focalizados en economías de empresa y menos sensibles al paro que las cajas, aunque disminuyendo igualmente los créditos a clientes.
Todas estas instituciones acuden al mercado interbancario para financiarse y se ven afectadas del mismo modo en sus balances y, por lo tanto, nos encontramos en un escenario donde los vencimientos de deuda procedentes del exterior son cada vez más elevados y menores los recursos para hacerles frente, por lo que el papel de la gestión de las entidades por parte de los directivos y empleados es crítica para el desarrollo de las mismas.
En la década de los noventa, las cajas de ahorro se nutrían de recursos humanos procedentes de su propia estructura, realizando promociones internas e intensivos planes de formación; no acudían al mercado exterior, es decir, a headhunters, para buscar nuevo talento. Por el contrario, los bancos tradicionalmente han acudido a este tipo de servicios para ofrecer unas mayores prestaciones a los múltiples clientes que tienen en cada oficina.
En los últimos años, y con el boom de expansión de oficinas iniciado tras la liberalización de la libertad de expansión de las cajas de ahorro, éstas comenzaron un proceso de crecimiento en su red territorial muy agresivo que les obligó a acudir a compañías de headhunting para cubrir las posiciones donde tenían problemas de incorporación, especialmente directores de oficina y direcciones de servicios centrales en las diferentes territoriales. Estas incorporaciones debían de ser de entidades que no fueran cajas de ahorros, fundamentalmente bancos, evitando así cualquier tipo de duda y discusión por la fuga de talento entre las diferentes cajas de ahorro que reúnen en las asambleas.
La evolución de las cajas hasta equipararse con los bancos tradicionales en cuanto a presencia y oferta de producto, sumado a la crisis financiera actual, ha obligado a las cajas a profesionalizar los equipos de dirección. Y los headhunters están desempeñando un papel clave en el futuro de estas entidades, ya que gozan de experiencia en gestión de talento para los bancos, de tal forma que son capaces de identificar expertos en productos que tradicionalmente no han ofrecido las cajas de ahorro y que se encuentran en otros países o en España. En este sentido, los headhunters han aportado un valor añadido clave en la gestión e innovación del talento de las cajas, de manera que facilitan continuar con el desarrollo, profesionalización e innovación de dichas entidades para que no sólo puedan hacer frente a la actual situación de la crisis financiera, sino también que las cajas puedan continuar con ese proceso de evolución y expansión que iniciaron hace algunos años y que tienen muchos mercados por explorar y desarrollar.
Publicada originalmente en http://www.elpais.com/articulo/servicios/cajas/ahorro/examinan/gestion/talento/elpepueconeg/20081026elpnegser_8/Tes
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