La palabra motivación tiene su origen en el verbo latino movere, que significa moverse, poner en movimiento, estar listo para la acción. Por su parte, incentivo –que procede también de una acepción latina– cuenta con una definición mucho más precisa, siendo el “estímulo que se ofrece a una persona, grupo o sector de la economía con el fin de elevar la producción y mejorar los rendimientos”. Tanto motivación como incentivo son dos términos estrechamente relacionados, cuyo significado se ha asociado tradicionalmente con la principal fuerza que contribuye a que las empresas obtengan su rendimiento económico: los empleados. De esta forma, las organizaciones han buscado siempre fórmulas destinadas a fomentar, asistir y mantener la conducta de un empleado con el fin de mejorar sus resultados empresariales.
Sin embargo, hoy en día la propia complejidad del mercado hace que en la cadena de valor de toda organización participen también otras fuerzas generadoras de beneficio: el canal.
El tema de la motivación es complejo y no existe una fórmula universal que permita obtener los mismos resultados en todas las situaciones. Cada organización, su plantilla y su canal conforman un caso siempre distinto, dadas las diferentes culturas corporativas.
Comenzando por los trabajadores, siempre hay que prestarles una atención especial, sobre todo en un entorno de mercado en el que la innovación y las buenas ideas resultan esenciales para cualquier proyecto corporativo que pretenda ser competitivo.
Para poder conservar y a la vez potenciar la productividad e innovación de los empleados, las organizaciones deben plantearse un esfuerzo serio que mantenga a sus trabajadores contentos y motivados, reteniendo a las mentes que más aportan al negocio.
Además, hoy en día un trabajo se considera algo más que un lugar donde ganar dinero y más que una serie de tareas a realizar. Junto al salario son fundamentales otros parámetros clave en la satisfacción del empleado, como una presión y reconocimiento adecuados.
Motivación continúa y personalizada
Las empresas deben motivar y estimular constantemente y de manera creativa a su plantilla. Pero no sirve cualquier motivación. Los empleados son un grupo complejo que de forma conjunta debe funcionar perfectamente, pero sin obviar sus peculiaridades personales. En este sentido, cada uno de nosotros tiene aficiones distintas, ocupando su tiempo libre de forma diferente. Por esta razón, es importante motivar siempre en función de las preferencias de cada individuo, aportándole la satisfacción adecuada a través de una verdadera creación de valor.
Un programa de motivación, al igual que cualquier otro producto, tiene un ciclo de vida con sus propias etapas y desarrollos. Esto significa que nunca llega a finalizarse, sino que debe estudiarse y actualizarse continuamente para mantener las necesidades específicas de su público objetivo.
Así, por ejemplo, a través de encuestas a pequeña escala, entrevistas personales u observaciones directas los cambios en las preferencias de los integrantes de la plantilla pueden ser detectados y ajustados. Esto facilita que la estrategia de motivación esté en permanente contacto con la realidad.
Existen múltiples formas de crear y mantener estas estrategias. Una de las más extendidas consiste en plataformas de incentivos basadas en el regalo de premios, premios que debe elegir el mismo empleado. Para ello, hay fórmulas como la acumulación de puntos y su posterior canje por artículos a seleccionar entre una gran oferta de elementos de ocio.
Junto a esta motivación personalizada, tampoco hay que olvidar los premios de grupo. Hoy en día se fomenta mucho el trabajo en equipo, una práctica que igualmente tendrá su recompensa en caso de excelencia; aunque uno y otro reconocimiento deberían estar claramente diferenciados.
En el caso del canal, los incentivos serán más cuantitativos que cualitativos, pero ninguna empresa debe descuidar la atención hacia ellos.
Entorno global
Igualmente, en un momento en que el fenómeno de la globalización está más presente que nunca, la motivación tanto de empleados como del canal tiene una importancia aún mayor.
Las empresas multinacionales que operan a escala internacional suelen contar con una estrategia muy presente para todos los trabajadores. Tradicionalmente resuelven el tema de la motivación mediante incentivos vía remuneraciones, algo que podría servir para el canal, pero que no cumple con las expectativas de muchas personas.
Sin dejar a un lado aspectos como la comunicación interna, formación y conciliación laborales, las reuniones y contactos periódicos para potenciar la autoestima y pertenencia a la empresa, el reconocimiento público y privado de los logros alcanzados o las oportunidades de mejora profesional, todas las compañías pueden ayudarse de programas de motivación, siempre conociendo las características y la idiosincrasia propia de cada país.
Estos programas comprenden desde los mencionados puntos canjeables por regalos hasta viajes de placer, encuentros deportivos y de ocio y un sinfín de actividades para ser disfrutadas por cada integrante de la plantilla, canal o por todo el grupo.
De esta forma, las estrategias de motivación van unidas a programas de reconocimiento personal e incentivos, que permiten valorar y premiar no sólo la aptitud sino también la actitud de los miembros de la empresa.
Es el momento de incluir en las organizaciones nuevas prácticas de motivación basadas en plataformas de incentivos que fomenten ese “movimiento” en la cultura de trabajo, pero teniendo en cuenta algunas premisas fundamentales.
Así, la gratificación hay que basarla en el desempeño, es necesario adaptar los incentivos a las expectativas individuales, y la organización debe ser creativa con estos programas, de forma que todas las plataformas de incentivos requieren una revisión periódica. Porque sin unos empleados motivados o un canal incentivado tampoco es posible conservar una base de clientes leales.
Articulo de opinión de Mar García Ruiz publicado originalmente en:
http://www.equiposytalento.com/tribunas/grass-roots-espana/empleados-y-canal-el-nuevo-paradigma-de-motivacion-mediante-incentivos
Comentario realizado por Veronika Keta
ResponderEliminarEs cierto que entre los retos de dirigir una empresa está el de encontrar buenos empleados y mantenerlos motivados para prosperar. Si lo conseguimos, prosperará también la empresa. Según el artículo, lo primero que tenemos que hacer es conocer a nuestros empleados (su familia, ambiciones, deseos, etc.).Toda esta información es muy valiosa para cualquier empleador que desee encontrar maneras eficaces para motivar a su equipo. ¿Pero qué tenemos en realidad?
A menudo los candidatos cuentan que durante la entrevista les habían prometido un desarrollo profesional, una posible subida del salario , incentivos ....Y ¿qué pasa luego? Escuchamos que las empresas no cumplen sus promesas o, dicho de otra forma, ¡prometen cosas que luego no van a cumplir! En realidad es un problema y en muchos casos lo que hacen las empresas es:
“Agarran un pájaro (que como bien saben está hecho para volar); le cortan las alas, por una decisión calculada y tomada con criterios científicos, y después intentan por todos los medios que no esté muy triste e incluso se ilusione y se motive, por no poder volar. Encierran en una jaula a alguien que ha nacido para vivir libre. Y lo cuidan y alimentan adecuadamente para que no proteste y esté contento.”
Y esto se llama motivación......Muy triste......
Comentario realizado por Antonia Jurado Castro
ResponderEliminarOpino que para que los empleados de una empresa estén motivados, ésta debe incentivarlos o premiendolos de alguna manera si su trabajo es satisfactorio para ésta.Para que una empresa funcione y obtenga los beneficios que desea, el principar motor son los trabajadores Y si ellos están agusto con la labor que están ejerciendo, harán su trabajo de manera más eficaz y eficiente.
El empresario tiene que motivar a los trabajadores conociendo a cada uno de ellos, sus gustos, preferencias y necesidades.Por ejemplo una madre de familia que intenta compatibilizar el trabajo con la vida familiar, le será de gran ayuda tener un horario en el que pueda disfrutar de sus hijos.
Por otro lado creo que los incentivos económicos también son elementos muy motivadores, pero es algo puntual. Por otro lado si los empresarios quieren que alguno de sus empleados promocione a puestos superiores, pero le falta formación, pueden ofrecérsela y así conseguir un puesto de trabajo en mejores condiciones y la mejora económica no será una cosa puntual.
Como conclusión, lo que está claro es que si un trabajador está contento con la empresa para la que está trabajando, va a repercutir en su eficacia en el trabajo ysu relación con los demás trabajadores.